Paul Gauguin llamaba a sí mismo ya su arte como "salvaje". A pesar de que comenzó su carrera artística con los impresionistas
En París, durante la década de 1880 huyeron vez más lejos de la civilización urbana en busca de un paraíso edénico donde podía crear pura, "primitivo " art. Sin embargo, su exilio autoimpuesto a los Mares del Sur no fue tanto un escape de París como una apuesta por convertirse en el nuevo líder de la vanguardia parisina.
Gauguin cultivaba y habitaba una imagen dual de sí mismo como, por un lado, un salvaje lobo y por otro, un sensible mártir del arte. Su notoriedad ayudó a promover su trabajo asombroso, que liberó el color de la representación mimética y de la forma distorsionada para los propósitos expresivos.
Tamara Tamaral
16-11-2016
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